El semestre comenzó con una sorpresa grata: al entrar a la YWCA, el clavecín estaba ahí. Aunque se puede sentir un poco de alivio al saber que está mejor protegido de la humedad, todavía queda mucho por hacer. Este instrumento necesita urgentemente que se le haga una reparación. Tiene teclas que no suenan y clavijas que no funcionan. La base necesita que se le dé atención también. Y de más está decir que le hace falta una buena afinación.
Si a usted, muy apreciado lector, le gusta la música barroca, por favor contribuya a que se le dedique el cuidado necesario al clavecín. Hágale preguntas a los decanos, pida que se afine y se le dé el mantenimiento necesario. Promueva su uso en conciertos y sobre todo, por favor no coloque nada encima ni se recueste de él. Ayude a que el barroco se conozca mejor.
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